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domingo, 19 de enero de 2014



PERSONAJES POPULARES COLONENSES

           Cuando en febrero del año 1.989 inicié mi investigación sobre la ciudad de San Juan de Colón, jamás vislumbré que llegaría a un conocimiento tan profundo y tan amplio de su historia, de su gente, de sus tradiciones, de su gentilicio y de su cultura en general. Inicialmente el camino fue confuso y la investigación árida, pero con voluntad férrea fui reuniendo piezas sueltas hasta que un buen día comencé a armar el rompecabezas que significaba todo el desconocimiento de nuestra historia, de nuestra idiosincrasia, de nuestra identidad.

          Crasos errores, repetidos mil veces en diferentes publicaciones y por diferentes  autores ya eran tenidos por hitos, por verdades fundamentales de nuestra historia, pero al iniciar la confrontación de puntos de vista, comparar artículos periodísticos, escudriñar polvorientos documentos, poco a poco, con la paciencia que da el lento pero seguro método de investigación propuesto y seguido, pude comenzar a eregir el hermoso edificio de nuestra historia.

           Todo lo atado se desató; lo oscuro se despejó; donde parecía  difícil  llegar, viejos textos abrieron caminos, la meta hasta ahora lejana y perdida a años luz de nuestras manos comencé a tenerla al alcance, mientras la dulzura del triunfo ufanaba la pluma sobre la cuartilla.

           Así nació el libro inédito “San Juan de Colón, Su Historia y su Gente”  conformando por 22 capítulos distribuidos a lo amplio de unas 1.200 páginas, prologadas por el poeta colonense William José Delgado Alviárez. A este libro le siguieron otros -inéditos también- titulados: San Juan de Colón, Ensueño de Poetas; Ramón J. Velázquez, Un Colonense cabal para la Venezuela del siglo XX ;  y José Ceferino Chacón, Un Mendigo del Progreso, libros a los cuales la municipalidad de Ayacucho jamás prestó atención, ni siquiera se dignó  revisarla

           Hoy,  todavía albergo la esperanza de verlos publicados, para ello he redoblado mis esfuerzos personales, y he iniciado una nueva estrategia a nivel editorial para garantizar el éxito de la empresa. Con este fin,  el 10 de Diciembre de 1.992 fundé una asociación civil con el nombre de “Biblioteca de Identidad Colonense” la cual he regentado desde su inicio pero con muy poco éxito ya que el trabajo en pro de la publicación de los citados libros, sigue siendo el personal, no existe acompañamiento, el esfuerzo no encuentra eco, mientras tanto los actuales costos hacen más difícil el empeño, pero sigo luchando, no quiero rendirme, existe algo en mí que me impulsa, que me hace ir más allá de mi capacidad real de lucha. Ahora tengo una ventaja a mi favor: sé que lucho solo, que la “Biblioteca de Identidad Colonense “es una empresa personal a pesar de estar constituida en asociación.

           Dentro de mi nueva estrategia concebí entregar en manos del Dr. Ramón J. Velázquez copia de los cuatro libros con la ilusión de que un día, su corazón de buen colonense se digne en darle vida  a nuestra historia a través de la publicación de alguno de estos libros. También opté por separar un capitulo  del libro de “San Juan de Colón , Su Historia y su Gente”, y constituir un nuevo libro. No fue fácil tomar la decisión pero tenía que abrir nuevos caminos editoriales. Es así como con las páginas del capítulo 13  del citado libro, trazadas en torno a la vida de los personajes populares de nuestra ciudad, surgió a la vida “ Personajes Populares Colonenses ”, libro que viene a rescatarme de este marasmo en que me hallo sumergido.

         Publicar este libro es como nacer de nuevo, es sentir que la oscuridad se desvanece y que el aire llena mis pulmones de vida, porque el escritor necesita escribir para sentirse vivo y necesita ser leído y comentando para darle va a la letra que enclaustrada en la inedicción está muerta en la soledad de las cuartillas estériles...   “ Personajes  Populares  Colonenses ” es mi ágora, y a sus páginas vengo a refrescarme en compañía de mis amigos, los personajes típicos,  populares o folklóricos - cualquier acepción es válida -. Me acompañan también en gesto de humildad, cuatro hombres notables de la crónica colonense don Seleucio Maldonado elegante escritor, poeta y fino prosista; el Cap. (r) Rubén Darío Ramírez, escritor de estilo pintoresco y aeda de alto vuelo: el Sr. Jesús Velázquez, periodista de dilatada trayectoria;  y Florencio Pérez, ensayista,  poeta, quienes a través del verbo nos harán  sentir toda la vivencia y la fuerza humana de los protagonistas inéditos de este libro. La anécdota, finamente trabajada por estos orfebres de la palabra, salta de las páginas y nos lleva hasta ellas y nos hace participes de sus acciones, de sus vivencias...

           Sobre mi trabajo creo firmemente que el juicio corresponde a la história; la posteridad me juzgará en cuerpo entero, porque el ahora es prematuro. Sólo quiero consignar en manos del lector las semblanzas de estos hombres y estas mujeres que con su gracia imnata y su condición especial construyen la otra historia de nuestra ciudad. Para mí lo importante no es la parte literaria sino realmente la crónica, en este caso, la semblanza como crónica, como testimonio; lo literario lo dejo a otros más dotados, más instruidos.    Lo mío es la historia, el rescate de los valores autóctonos, de nuestra identidad, claro está que he puesto todo el tesón y todo mi empeño en hacer las cosas bien. Sé que mi amor por la historia, por mi ciudad, por su gente no suple mis deficiencias literarias, pero nadie podrá negar que éste es un homenaje merecido a sus protagonistas y que este libro llena un gran vació cultural y folklórico  en nuestra historia... 

                 Los personajes típicos son seres especiales, maravillosos, que Dios El Creador, nos ha legado para que en nuestro trato cotidiano con ellos, refinemos nuestro carácter y agucemos nuestra sensibilidad social y humana.  

            Estos seres admirables deben ser protegidos por leyes especiales y debe brindárseles todo el cariño posible para que sus delicados sentimientos no sufran deformaciones ni den  cabida al odio o al resentimiento.

          En estas páginas quedarán chasqueados todos aquellos lectores que vengan a ellas con el   anhelo de leer historias sarcásticas o de mofa. También se chasquearán aquellos que en su juicio vago e inmaduro crean que estas son semblanzas de locos y seres con defectos físicos o mentales. Aquí en estas páginas el lector sólo hallará la historia humana y sentida de seres excepcionales que con sus  peculiaridades naturales o adquiridas dan otro matiz, más ameno, más audaz a nuestra historia, a nuestra gentilicio...

                Los personajes típicos, populares o folklóricos son como niños pero de avanzada edad, su sensibilidad y su inocencia – no en todos los casos – nos llega hondo; nos conmueve profundo, tocan nuestras fibras más ásperas y endurecidas y las suavizan y las enternecen,  tocan exactamente los sentimientos más nobles y fraternales que podamos poseer los seres humanos, los mismos sentimientos que despiertan el amor filial y la inocencia y la sensibilidad de todos los niños del mundo...

          Por otra parte,  el autor desea pedir disculpas anticipadas a  los lectores por las omisiones cometidas a través de las páginas de este libro. Omisiones involuntarias muchas de ellas, pero al fin de cuentas omisiones. La recopilación y la selección de los datos y las semblanzas de los personajes típicos contenidas en estas páginas ha sido natural y por grado de aceptación y popularidad, Sé que he incurrido en errores de simpatía y desvalances en mi humano juicio, no me excuso,  pero aludo factores importantes como, falta de presupuesto adecuado para ampliar la paginación, falta de colaboración de algunas personas a las que acudí con buena voluntad de compartir el honor de estas cuartillas entrañan y al desanimo que ahora viste mi ser como  penumbra en esta espera casi inútil de la mano prodigiosa que  diera  vida a mi proyecto editorial.

              Nombres como: La Pava Dominga, Sebastian Grillo, Fadeo, La Loca Macaria, Marcos Kiludo, María sin  Te ...  y otros han debido figurar aquí, pero por los factores antes mencionados he tenido que prescindir de ellos;  tal vez más adelante se puedan reunir sus semblanzas en un tomo separado y complementario a éste.
         Queda solamente pedir a Dios que con  este trabajo contribuya a enaltecer el gentilicio, la idiosincrasia y la identidad de los colonenses, también aspiro en el Señor  que este no  sea mi último esfuerzo por enriquecer  el acervo cultural de la amada Ciudad de las Palmeras, pues creo que es necesario redoblar esfuerzos para qué la Biblioteca de Identidad Colonense pueda accesar en un futuro inmediato a nuevas formas de financiamiento, a fin de llevar a  la realidad los proyectos editoriales  que aún permanecen inéditos.



Jorge Omar Alviárez Mora

San Juan de Colón, 28 de Septiembre de 1.997.

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